En la Argentina parecía superada la era en la que el desprestigio de los políticos provocaba desagradables escraches públicos. Pero todo vuelve. Si no, que lo digan los viajeros del vuelo de Aerolíneas Argentinas que llegó a Aeroparque desde Córdoba el martes de la semana pasada por la mañana. Allí se pudo advertir, antes de subir, a un pasajero escondido detrás de una gorra de cuero, gafas negras y la solapa levantada de su campera. Fue el último en abordar y el primero en salir rápido del avión, en Buenos Aires. Sólo un par de viajeros descubrió su identidad, gracias a sus anillos y pulseras de oro: era el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, quien ha tenido que prescindir de los aviones privados y moverse en incómodas aeronaves colectivas. (La Nación, 12/4/10)
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