El país sin rumbo

El modelo
Profundizar el modelo, defender el modelo, son expresiones habituales en el oficialismo. ¿Qué significan, qué sentido se le da a la palabra modelo? El Diccionario nos ofrece casi una docena de acepciones de esa palabra, pero la intuición nos dice que en el contexto político, referido al país, el modelo es el país deseable por la mayoría y, si bien no el país perfecto, por lo menos el mejor posible.

Nunca he visto expuesto en forma explícita el modelo de país que propone el kirchnerismo, salvo generalidades con las que sólo se puede estar de acuerdo: equidad en la distribución del ingreso, educación y salud al alcance de todos, respeto de los derechos humanos, etc.

Pasquini Durán (Página 12, 23/1/2010) refiriéndose a la oposición se preguntaba: “¿Qué pasaría si además de consignas fáciles y vacías sobre el desarrollo, expusieran un verdadero plan de futuro con más riqueza y más equidad redistributiva, con bienestar y dignidad para las mayorías populares?”

Ausencia de plan
¿Dónde está, pregunto yo, “el verdero plan de futuro” del actual gobierno? ¿No será que las "consignas fáciles" son las del kirchnerismo? Porque ¿acaso el gobierno K tuvo o tiene un plan de futuro como el que le gustaba a PD? Si lo tuvo fracasó, porque después de siete años con viento de cola en la economía, la “equidad redistributiva” no alcanzó los niveles que tuvo en otras épocas y el “bienestar y dignidad para las mayorías populares” sigue ausente y de la salud, la seguridad y la educación mejor no hablar.

El oficialismo habla del modelo y de su profundización. ¿Cuál modelo? ¿Dónde está escrito? ¿En qué plan a futuro se basa? Un modelo de país requiere necesariamente un plan a largo plazo, de por lo menos 5 o 6 años (en Argentina no se puede pretender más) sobre distribución del ingreso, salud, educación, seguridad, comunicaciones, investigación científica, recursos naturales, energía, transporte, servicios sociales, etc. Me refiero a un verdadero plan, con metas explícitas a alcanzar, por modestas que sean, mecanismos de control y el establecimiento de los parámetros y criterios para evaluar los resultados durante el desarrollo del plan y al finalizar el mismo. Un verdadero plan, no una guitarreada.

Nada de eso se encuentra en la plataforma electoral del Frente para la Victoria y menos en su declaración de principios, salvo las meras declaraciones voluntaristas a las que nos tienen acostumbrados la mayoría de los políticos. Pero, cómo vamos a tener un plan si ni siquiera tenemos estadísticas confiables. Entonces, dejémonos de pavadas y reconozcámoslo, los argentinos no tenemos un plan para nuestro futuro y, a consecuencia de esa carencia y como no podría ser de otra manera, el país anda sin rumbo.

El discurso oficial
Tampoco los discursos de nuestros gobernantes abordan estas cuestiones. Qué piensan sobre cómo mejorar la educación, la salud, la seguridad, etc., temas sobre los que uno quisiera escuchar pero que nunca están presentes en los discursos de Néstor y de Cristina. Nunca. El futuro para los Kirchner llega hasta la semana que viene, salvo en lo concerniente a su ambición de poder. Los temas recurrentes en las exposiciones del matrimonio (al estilo didáctico de ella y a veces iracundo en el caso de él) son las crisis del pasado, la dictadura, los que quieren volver al 2001, los medios, los diarios, Clarín, TN, los traidores, las conspiraciones, los palos en la rueda, los periodistas, Cobos, la oposición, las actitudes destituyentes. Mucho del presente y del pasado; nada del futuro.

Repasá sus discursos y comprobarás que de ahí no salen. Y entonces, con todo derecho uno se pregunta ¿qué carajo piensan del futuro? Ante ese gran interrogante, ministros, gobernadores e intendentes invariablemente suelen contestar con vaguedades y diciendo “Estamos trabajando” ¡Qué van a trabajar! Si nunca en su vida han trabajado. Para casi todos ellos trabajar es, por ejemplo, sentarse a tomar café y discutir la interna del partido.

Sin rumbo

Plan K, el modelo ¿alguien los vio, alguien sabe qué es? ¿Cuáles son las metas, cuáles los plazos? ¿Cómo se evalurán los resultados? Uno de los más lúcidos periodistas oficialista me da la razón: “El oficialismo, ya se dijo, es reactivo e hiperkinético pero adolece de falta de pensamiento para el mediano plazo, hasta para el corto.” (Mario Wainfeld, Página 12, 9/5/2010) Cómo entonces van a tener una idea para el futuro del país.
En conclusión, y para usar un término marinero, andamos al garete.