La semana pasada un grupo de personas impidió a la cubana Hilda Molina hablar en la Feria del Libro. Al día siguiente, también en la Feria, otro grupo violento produjo un incidentes, esta vez con agresiones físicas, para impedir la presentación de un libro.
Los responsables no se conocen. Según la Policía se trató de hombres mayores, que fueron liberados horas después y cuyos datos no fueron informados. Hay sospechas fundadas de que se trató de gente de Guillermo Moreno y de barrabravas de Nueva Chicago.
Según los diarios, el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, dijo que "hay voces ahogadas y asfixiadas, y esto tiene que ver con la Ley de Medios" (...) la violencia viene de arriba, es decir, arriba es un poder que no se plebiscita cada dos años y que permanece más allá de los cambios de gobierno".
Para mí, estas desclaraciones no son claras, para nada. ¿Acaso las "voces ahogadas" se van a recuperar del ahogo tirando sillas? y ¿a qué "poder que no se plebiscita" se refiere?
Los hechos señalados tuvieron un amplio repudio, pero resulta llamativo que hasta el momento, los intelectuales de Carta Abierta (los mejores intelectuales del país, según Feinmann) se hallan mantenido en silencio.
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