Tiene razón Uranga, faltaría agregar una expresión de Pasquini Durán: "dale que va, todo es igual..." (Página 12, 20/2/10) Pero Uranga mantiene su discurso en términos muy generales, asépticamente genéricos, no da ejemplos y no analiza las circunstancias que llevaron a tal degradación en la política.
Veamos. Las dos más grandes empresas de televisión por cable quieren unirse y Kirchner firma el decreto de autorización. ¿Las normas antimonopólicas? Pero, ¿no quedamos en que no hay reglas?
Estando en la función pública los Kirchner hacen negocios con tierras fiscales. Suena un tanto maloliente pero, ante la denuncia, se está investigando. La fiscal del caso es la doctora Mercado, sobrina de Néstor (la que a su vez compró tierras fiscales y cuya madre también compró) ¿Ella va a investigar? Sí, dale que va...
Es ese vale todo, esa ausencia de reglas, lo que permitió echar a los funcionarios del INDEC que se negaron a falsear los datos. Habían ganado su posición por concurso, pero como vale todo, los reemplazaron con patoteros que, para no dejar dudas de cual sería su función, destrozaron el local de ATE, el gremio opositor. Y a partir de ahí se dibujan las estadísticas. Y mes a mes, dale que va, se dan números en los que nadie cree, se miente descaradamente, total, la regla del juego es que no hay reglas.
Si conviene adelantar elecciones se adelantan, y si hay que poner de candidatos a monigotes que no asumirán, se justifica porque todo vale: Nacha Guevara se parece a Eva Perón. ¿Un engaño a los votantes? No, si no hay reglas.
Antonini Wilson llega al país con una valija de dólares no declarados, al día siguiente lo invitan a un acto en la Casa Rosada y después, como aquí no tiene nada qué hacer, se va tranquilamente al Uruguay. ¿Acaso algo o alguien se lo impide?
Notorios delincuentes narcos son importantes aportantes a la campaña presidencial de Fernández, ¿tiene alguna importancia cuando todo vale?
El conflicto por las retenciones al agro duró meses, porque, entre otras razones, había que “ponerlos de rodillas”. Pura coherencia, en las peleas del vale todo es así.
Ahora, además de ser presidenta de la Nación, Fernández es presidenta de El Chapel, una empresa que puede dedicarse al asesoramiento económico y financiero. ¿Conflicto de intereses?, ¡por favor!, si vale todo.
Y como en el Congreso se aprobó por unanimidad una ley que prohíbe la minería a cielo abierto, la presidenta la vetó. Está en su derecho, pero además, ¿por qué pelearse con el senador Gioja, que preside la Comisión de Minería y tiene un negocio minero en su provincia? Por qué no, si vale todo.
Desde el atril presidencial Fernández puede sugerir que los opositores son unos perros, y también puede declarar que no acatará el fallo de una jueza, lo cual, como no hay reglas, tiene cierta lógica. Y de paso algún chimento, como comentar la vida privada de la jueza, que no está casada sino en pareja, ¡Vea usted la clase de personas que fallan en contra del Ejecutivo!
¿Más ejemplos? Para qué. ¡Viva la anomia! Se supone que para los kirchneristas todo eso no es importante, en todo caso serán desprolijidades, lo importantes es que tenemos un gobierno "nac & pop".
"Todos y todas parecen sumergidos en la lógica del vale todo" dice Uranga. Es el clásico argumento, diluir la responsabilidad, la culpa es compartida, todos somos asesinos, no hay grados de responsabilidad , todo es igual, dale que va...
En cambio, concuerdo plenamente con Uranga en que “La política y la sociedad no pueden admitir como válida la metodología del ‘vale todo’ (...) que no es, precisamente, una muestra de coraje.”
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