Quise participar. Hoy, 25 de mayo, fui a festejar el Bicentario de la Revolución de Mayo. Tomé el subte —se viajaba gratis— y bajé en la estación 9 de Julio. Cerca del Obelisco, la multitud llenaba las veredas y las calles. Llegar hasta la parte de atrás del escenario, a unos cincuenta metros, me tomó como veinte minutos. Un rato después, empecé a ver parte la parte delantera del escenario, aunque mi propósito no era asistir al espectáculo sino recorrer las exhibiciones de las provincias. Avanzaba con dificultad por Cerrito cuando oigo por los altoparlantes:
—Y ahora, compañeros, un aplauso para alguien a quien queremos mucho. Con ustedes, compañeros, Ignacio Copani. ¡Al que le gusta se queda, y al que no, se raja!
La consigna no me cayó bien pero no quise darle importancia, ...compañero. Eran las 17, moverse resultaba cada vez más difícil pero seguí caminado. De pronto lo vi; el cartel decía “Gracias Cristina”.
Pegué media vuelta, doble por Sarmiento hacia Callao para alejarme y volví a casa.
—¡Ya volviste! ¿Cómo te fue? —quiso saber mi mujer.
—Mejor no preguntes.
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